COLUMNA
DE PE A PA

Por: Alberto Vieyra Gómez.
info@agenciamn.com
AMN. – ¿De qué es capaz un pueblo con hambre? ¡De todo!... ¿verdad?
En Estados Unidos basto solo una chispa para incendiar el pasto seco. Hoy,
casi todo Estados Unidos arde. Se le esta cayendo en pedazos la nación a
ese enfermo mental llamado Donald Trump, la bestia trumpiana impulsor,
como pocos del racismo y la supremacía blanca que llevo a Adolfo Hitler a
cometer el genocidio más escandaloso del mundo moderno masacrando a
más de 7 y medio millones de judíos y todo bajo la indiferencia del estado
vaticano y del papa Pío XII, apodado el papa de Hitler.
Sí, basto en Illinois una rodilla blanca, símbolo de la supremacía gringa
contra la tráquea de un afroamericano cuya última exclamación seria “¡no
puedo respirar!” La maldita rodilla de un policía blanco desato ese grito
libertario que nos recuerda aquellas luchas libertarias de Martin Luther King
quien el 4 de abril de 1968 fue asesinado defendiendo los derechos de la
raza negra de Estados Unidos que hoy enfrenta, además a un desempleo
descomunal de 42 millones de norteamericanos y a un odio contra Donald
Trump por los más de 100 mil muertos por la pandemia del coronavirus,
merced al desastroso y criminal trato gubernamental contra la nueva peste.
Incendios contra todo objetivo gubernamental, saqueos de comercios,
cientos de detenciones que han dejado las luchas anarquistas, detonadas
por el coronavirus y por el diabólico rodillazo del policía blanco contra un
joven negro esa chispa está quemando a Estados Unidos, donde ya impera
el toque de queda en alrededor de 30 Estados de la Unión Norteamericana,
mientras el lunático Donald Trump busca a toda costa una relección
presidencial que a todas luces se antoja imposible, pues la historia
norteamericana nos dice que ningún inquilino de La Casa Blanca ha logrado
la reelección presidencial teniendo una monstruosa recesión económica que
ha desatado también el hambre.
De manera marruñera y mentirosa, Donald Trump culpa a su opositor
demócrata Joe Biden del extremismo que vive Estados Unidos y aunque los
analistas y observadores políticos lo dudan que Biden tenga tanto poder, la
realidad es que detrás de los imparables disturbios hay indudablemente una
mano negra y muy poderosa.
Me pregunto: ¿Acaso será el estado profundo que busca a toda costa evitar
la reelección del grosero Donald Trump, o quien mueve a tantos extremistas
que, siendo originarios de New York se van a hacer disturbios a Miami o a
Texas?
La cuestión es que a Donald Trump se le está cayendo en pedazos Estados
Unidos y aún con el desastre social que impera, el llamado güero loco
podría incluso echarse el salto de la muerte mediante un decreto
presidencial para postergar las elecciones presidenciales del próximo mes
de noviembre, lo cual sin duda acabaría por incendiar a todo Estados
Unidos, que junto con muchas otras naciones se han convertido en pueblos
con hambre y desesperación.
Hace una década el economista francés Thomas Piketty, en su libro “El
Capital en el Siglo XXI”, avizoraba que el mundo estaba en vías de
peligrosos estallidos sociales, producto del escandaloso abismo que existe
entre ricos y pobres y junto con otros estudiosos hablaba de que el 75% de
la riqueza mundial está en manos de un millón de millonetas, mientras que
más de 736 millones viven con 1.90 dólares por día y muchos millones más
que viven a pan y agua.
Ese desastre mundial se ha visto abultado exponencialmente con los mas
de 300 millones de desempleados que dejará la pandemia del coronavirus,
lo cual se traducirá en hambre y en nuevos gritos libertarios de ¡no puedo
respirar!
Lo que ocurre en los yunaites debe llevar a la reflexión a los ineptos
gobernantes mexicanos, a los cuales se debe recordar aquella máxima de
“cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.
Me asalta una pregunta: ¿La nación azteca está lejos de estallidos sociales
del México bronco?